El viernes pasado, 8 de diciembre, el Presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y la Primera Ministra británica, Theresa May, confirmaron en rueda de prensa que se había logrado avanzar lo suficiente en las negociaciones sobre el acuerdo de retirada de Reino Unido de la UE.
Por su parte, el Jefe negociador de la UE, Michel Barnier, ha precisado que se han constatado avances en cada uno de los tres ámbitos prioritarios:
En primer lugar, sobre el derecho de los ciudadanos, se garantizará que los ciudadanos europeos que actualmente residen en Reino Unido y viceversa seguirán disfrutando de los mismos derechos una vez que Reino Unido ya no forme parte de la UE. Además, se asegurará la reagrupación familiar, el acceso a los servicios de salud y prestaciones sociales, y el papel del Tribunal Europeo de Justicia sobre una base voluntaria. También, que los procedimientos administrativos serán sencillos y de coste reducido para los ciudadanos europeos en Reino Unido (y aquellos que tienen ya residencia permanente no pagarán por el nuevo “estatuto especial de residencia” que genere el gobierno británico).
En segundo lugar, los compromisos financieros contraídos por Reino Unido como Estado miembro serán respetados en el marco financiero plurianual actual (hasta 2020), cuyo importe se calcula entre 40.000 y 60.000 millones de euros.
En tercer lugar, en cuanto a la situación excepcional de la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, Reino Unido velará por que no sea una frontera rígida y que en dicha zona se respete la integridad del mercado interior europeo y la unión aduanera, a través de un alineamiento reglamentario, y en respeto de los acuerdos del Viernes Santo.
Ahora, como próximos pasos, se espera que el Parlamento Europeo vote una resolución al respecto en la Sesión Plenaria de la próxima semana, y que en el Consejo Europeo (artículo 50) de 15 de diciembre refrende la Recomendación positiva de la Comisión Europea para comenzar a negociar tanto el periodo transitorio como el marco futuro de relaciones. En paralelo, ambas partes deberán seguir trabajando en el cierre definitivo del referido acuerdo de retirada, con las miras puestas en octubre de 2018 como plazo.
En este sentido, se acompaña el conjunto de directrices para avanzar en las negociaciones relativas a la desconexión de Reino Unido de la Unión Europea. en este documento se trata de unas directrices, que complementan las de abril de este año y que:
- Confirman que ha habido progresos y se puede pasar a la segunda fase.
- No obstante, se reconoce que todavía hay cuestiones importantes pendientes y demanda a la Comisión que consolide el acuerdo de salida para comenzar a redactarlo. Además, insiste en que “la segunda fase solo podrá avanzar siempre y cuando se respeten totalmente los compromisos adquiridos en la primera”. La clave aquí es asegurar que Reino Unido no reabre el acuerdo alcanzado el 8 de diciembre.
Abren la puerta a negociar un periodo transitorio con condiciones. No se especifica su duración, aunque se hacen eco de la demanda de la PM May (alrededor de dos años). Dicho periodo transitorio:
- Formaría parte del acuerdo de retirada.
- Consistiría en el mantenimiento del “status quo”, es decir, Reino Unido deberá acatar todo el acervo comunitario, incluidas sus posibles modificaciones el periodo transitorio, estando fuera de las Instituciones europeas. Algo imprescindible para tener acceso al mercado interior y la unión aduanera.
- El detalle de las condiciones será fijado por el Consejo en un nuevo mandato negociador.
- Recuerdan que el objetivo sigue siendo establecer una “estrecha asociación entre la UE y Reino Unido”.
Al mismo tiempo, advierten de que:
- El acuerdo de la futura relación solo se podrá cerrar una vez Reino Unido abandone la UE (artículo 50).
- El objetivo es alcanzar un entendimiento común del contenido del acuerdo de asociación.
Algo que requerirá nuevas directrices del Consejo Europeo. El resultado final será una declaración política que se anexará al acuerdo de retirada.
Desde esta perspectiva, y si el borrador de directrices no sufre cambios significativos en el Consejo de Asuntos Generales de hoy y no hay contrapartida para Reino Unido porque:
- La UE opta por un enfoque muy cauto, progresivo y supeditado a la finalización de la primera fase.
- Además, no quiere mostrar sus cartas mientras el Gobierno británico continúe sin aclarar qué es lo que realmente quiere (más allá de un acuerdo “Canadá plus, plus, plus”, en palabras del Ministro británico para el Brexit, David Davis).
Bajo una perspectiva empresarial, el citado borrador de directrices va en la buena dirección. Entre otras razones, porque se apunta a un periodo transitorio de “status quo” y sigue primando el “level playing field” y la integridad del mercado interior.